Piel manchda,
de culpas, de razones, de pavadas.
Cafe con leche, capuccino, una naranja.
Sonrisa crujiente como el pan de la tostada.
Ojos verde mate como el de todas las mañanas.
Adornos decorando todas las esquinas,
como fiesta mexicana.
Manos pequeñitas, tibias, siempre tibias.
Kilómetros de piel caprichosa,
que a veces se escama y a veces es roca.
Que a veces te extraña y a veces se entrega.
Labios profundamente afinados,
para cantar a son de mar.
Acimut entre las piernas, abrazo a America Latina.
Brazos inquietos a sotavento,
siempre con prisa por abrazar.
En un pie lleva un árbol,
en el otro la calza un pez.
Entre la tierra y el rio pisa,
al ritmo de un candombe de mujer.
Aforismo intermitente entre la vida, la muerte y el no se qué.
Nunca calla la agnosia que vocifera.
Cacería de recuerdos poro tras poro.