Laura Benavidez

Domingo


Era domingo y caía la tarde esplendida ella con esos colores que daba en el Oriente.
Salí a mi balcón y te recorde una vez mas.
Sentía como el viento acariciaba mi rostro y se llevaba aquellas indiscretas lágrimas que se escaparon con un suspiro.
Añoraba tiempos que ya pasaron y que muy en el fondo se nunca más volveré a sentir.
Era domingo y mi cama yacía tan sola.
Era domingo y te recordaba.
Era domingo y te lloraba.
Tenía ese ánimo y no la quería a ella.
Necesitaba de ti, de tus brazos.
De tu voz.
De tu alma.
De tu calor.
Necesitaba llenarme de esperanzas.
Era domingo y te extrañaba.
Te imaginaba y jugaba con las sábanas.
Era domingo y te extrañaba.
Quise llenar un poco la habitación y te leí un poema al espacio que ocupabas en mi cama.
Era domingo y te extrañaba.
Quería recordarte con más fuerza.
Busque aquella caja donde guardo tanto de nosotros y encontré Dvds con nuestra serie favorita.
Era domingo y los domingos muero lentamente.
Era domingo y la noche me consumía.
Era domingo y extrañaba como todos los domingos que se habían vuelto deshabitados.
Era domingo y yo moría.