Francisco 1987

Caracas

 


La divina providencia
me castigó
por no querer viajar
a Caracas
nadie se mantenía callado
el ruido de las balas
sellaba las mentes
de los locos
el oasis estaba cerca
y a la vez tan lejos
no había paz en mi corazón
porque?
los tanques accedían a
los refugios de los niños
en las mañanas
y tomaban por asalto el aire
acondicionado
la torre de Babel se mezclaba
con las sangres de la ciudad
el camino de regreso
seria doloroso
pero no quedaba otra
salida