Ramón Bonachí

El dulce de su boca

 

Su cuerpo abre caminos por mares de censura,
al frente, la mirada cargada de pasión.
la piel que se desliza cual lenta procesión,
abrasa como fuego, devora mi cordura.

Sus labios me reclaman, su boca me tortura
anula mis sentidos con su provocación,
domina tiempo y ritmo con tanta precisión...
que cedo a sus caprichos mientras el juego dura.

Más tarde derrotado, tan solo mis latidos
se muestran excitados , testigos del momento,
la voz de sus susurros son paz en mis oídos.

No tengo escapatoria soy suyo lo presiento;
dormida mi lujuria solo quedan suspiros
del dulce de su boca, del néctar de su aliento.