Raquelinamor

ERAMOS FELICES Y NO LO SABÍAMOS (Cuento de horror)

Primera parte

Todo comenzó la frìa mañana del 4 de febrero del 1992,  amanecía el vecindario en noticia de primer impacto, porque unos escuincles rebeldes, fuertemente armados y no de piedras y palos, ¡Eso si! preñados de buenas intenciones, intentaron asaltar la Direcciòn del Condado, por razones de fuerza mayor,  pues, querían poner la casa en orden, un tanto descontrolada entonces y asì, por democràtica vìa de la fuerza, las cosas pudieran funcionar bien y mejor, ¡Tal y como debiera ser!  esta intentona golpista estuvo al mando de los cuatro fantásticos, del ahora,  inmoral Dios Supremo Yugo Clave, Pancho Paria, Joyel Posta y Chucho Laneta, falsas joyas de incalculable valor en este cuento.

Los muchachones de uniforme, después de unos cuantos destrozos,  sin mayor importancia, en el palacio de las flores,  la casota, la planta televisora de moda, y una treintena de muertos, fueron llevados a prisión por tales ``nimiedades`` y puestos en libertad dos años después, por el nuevo Comendador Rael Ladera, quien en un acto de miserable bondad considerara, que no eran chicos malos y debían ser perdonados. ¡Craso error! de inimaginable futura relevancia. (De eso damos constancia).

El entonces Yugo Clave, al haberse adjudicado en memorable alocución aquella nefasta hazaña, inmolarse por televisiòn como el héroe y paladín de la gesta emancipadora, de inmediato  ganò una popularidad sin precedentes, en el ``Condado del mundo al revès`` La zuela que ves, y hasta llegò a ser Comendador y Padre de los desposeídos de la región del sur, como si fuera Ben.Hur.

Con lo que comienza, la cadena de exabruptos supremos, creyéndose el Don Juan Cojones de la Mancha, se montò en el caballo de Bolívar, le enderezò la cabeza, y hasta el rostro le cambiò a aquel libertador de cinco naciones, y mil proezas, cuya figura apabullaba por su propia abrogada grandeza,  sin haber luchado ni una sola batalla, y la ùnica gesta fue derrota; enseguida se considerò con autoridad suficiente, para bajar a próceres de pedestales,  al Gral. Pàez hasta entonces respetado por la historia, le quitò su gloria, a otros grandes como Cristòforo Colombo el tildar de loco, porque eso, de descubrir la Amèrica, fue un acto sin importancia, y que gracias a esa locura acabò con la indígena cultura, y le cambiò el nombre a todo, y todo lo volteò a su modo, calles, escuelas, hospitales, monumentos, y conventos,  a todos puso su sello de excremento y convirtiò el antes prospero Condado en las ruinas de Tulum o de Pompeya.

Donde antes hubo una civilización ``civilizada`` ahora,  habita una urbe de diablos salvajes rojos rojitos, donde  hubo paz y alegría, y algo de  sabiduría, ahora hay  guerra fraticida, amarguras y reina campante la doctrina del  Pigmalion, llamada Socialismo del Siglo veinte mas uno. Es un desastre total atribuido a los Dioses capitalistas del Norte, a la tal guerra econòmica de los burgueses, o  portugueses, igual es, en fin,  todos resultan responsables del convite, menos quien es o fue, el lìder del reventòn, o los  del maduro Jumento y el Dios-Dado, encomendados del mandado, después  que el Supremo pasò a gobernar desde el averno del otro lado.

Por lo que el cuento concluye, en elección, tras elección, un ejército de parias dependiente del PUS, un suelo deficiente, sin alimento, ni luz, una deuda impagable al gran regente, un condado desmembrado, y para colmo y remate una ``Prostituyente`` para seguir gobernando el cartel, de la droga y perdición de regentes delincuentes, a costa de la ignorancia de miserables creyentes,  en la esperanza que dejò un espìritu sin luz, con un cuerpo momificado e insepulto, con adoraciòn al trasluz.

Y colorìn colorado, este cuento no ha terminado, esperemos que en la próxima corriente el craso error haya podido ser enmendado, sin intervencciòn del vecino de enfrente o el de al lado.

Moraleja: Por querer algo mejor, los diablos nos alentaron, y llegò el Comendador con su cuerpo de insurgentes, y ahora comprobamos con certidumbre que ``Eramos felices y no lo sabíamos``y ahora vivimos en esperanza y  sin lumbre.

Raquelinamor