Soy aprendiz de poeta
desde mi jubilación.
Hay quien dice
que me encuentro
en grado de \'trovador\'.
Me quedan mil escalones
si quiero subir al cielo
y sorprender a los dioses
con esos catorce versos
con los que cuenta un soneto
o más allá de quinientos
si invento un cantar de gesta.
¡Lo que cuesta ser poeta!
¿Qué musa me hará el examen
para alcanzar tal honor?
La respuesta está en el aire.
Aunque alguien me ha informado
que si encuentro 10 amigos
en \"Los poemas del alma\"
no debo perder la calma.
Con ello tengo a la vista
que Erato, musa encargada
de esto de la poesía,
me conceda una entrevista
mirará métrica y rima,
que tenga sentido el verso
y oirá declamación.
Que no pierda la paciencia
pues antes que la existencia
llegue al final de mi vida
me dará un certificado
-letra gótica y con lazo-
que dejará a todos claro
que entro en la categoría
de \"Poetas del Montón\",
a partir del mediodía
del día pasado un año.
Que luego viene el boato
el ser bien considerado
que te inviten al evento
que se celebra en tu pueblo,
y, por fin..., ¡La Capital!
Y con suerte, mucha suerte,
si Doña Musa te apoya
llegarás a ser ¡Mundial!
antes de llegar La Muerte.
Venga, pues, ¡échate a andar!