huertero

Ungir de relámpagos...

Hemos cosidos nuestros anhelos al rugir del tiempo.

Hemos echado nuestra suerte a las heladas.

Hemos de transcurrir como lo hace el agua

no se detiene a contemplar la mañana.  

Andaba buscando nombres

me encontré con la lluvia de noche.

Percibí el cauce que lleva el hilo al arenal

Salobres lágrimas retorcidas por las heladas.

Versos al clamor del cuchillo

ungir de relámpagos.

Tenía ganas de cantarle a la tarde a

los mansos surcos a las flores machucas

a las gargantas escurridas.

Adormecida en las manos

el doble filo de la azada.

Pronto han de despertarse los brazos en la huerta

el impulso de las venas

se aprestan a  la primavera.