Catelgood

¡La Quiero!...

¡La quiero!... Dijo a Dios el amante…

¡Merécela!... Dijo al amante, Dios…

¡Moriría por ella!... contestó el amante

Daría por ella mi aliento y mi sangre…

Y por ella soportaría el dolor más grande!

Muere pues… Dijo Dios… y aquel murió…

 

¡La quiero!... Dijo el amante a Dios…

¡Merécela!... ¿Qué harías por ella?...

¡Bajaría el sol y la luna!... Dijo el amante

Llenaría de estrellas su tibio lecho…

Pondría a sus pies el mar entero…

¡Hazlo!... Dijo Dios… ¡Y la tendrás!...

 

¡La quiero!...  Dijo a dios el amante…

¡Merécela!...  ¿Qué estás dispuesto a dar?...

¿A dar, señor?... No… yo sólo vine a buscarla…

Y cuando la encuentre, quiero saciarla

Hacer siembra de su amor, en tierra amada…

Y envolverme tiernamente bajo su ala…

 

¿No vienes a pedirla? Preguntó Dios… No… Dijo el amante...

¡Yo sólo vine a agradecerte! Por mis ojos, para encontrar su mirada,

Mis pies que siguen sus pasos… mis manos para acariciarla…

Mi voz para decirle te quiero, mis oídos para escucharla…

¡La quiero!... Dijo Dios… Y salieron juntos a esperarla…