Escritor del viento

Demencia

Reverdece el paisaje al son de la fuente,

que consciente a la luna y su luz tenue

y mi alma entre la niebla se diluye inocente

en la oscura floresta en danza minué.

 

Reverdece mi alma como parte del paisaje,

a modo de la fontana, que llora cristalina

y mi mente suicida prepara el brebaje,

para la última danza en la natura verdina.

 

El jején hastiado de la oscura melena

de la noche que puebla con manto de desgarre

y la fiesta plateada que la niebla serena

pareciese una ronda de Sabbat y Aquelarre.

 

Y con palabras de hereje bajo la fronda

mi demencia se pierde en vanos clamores

y al final solo las églogas de la noche blonda,

se quedan haciendo de mi alma abluciones.