Casta

EN LA PUNTA DEL ALMA.

Años atrás quizá hubiese temblado y no más,
a la lluvia de pájaros, al sol saliendo,
le habría puesto el paraguas,
habría mirado de reojo,
el amor joven es tan torpe,
quizá le hubiese sostenido
la mirada un par de segundos más,
alardeando valentía,
pero voltearía de nuevo cuando ella me viese,
años atrás,
años atrás no me habría atrevido a amarla así.

Años atrás no habría sido mi tipo,
o quizá buscaría otra excusa parecida para no sentir ni un poquito,
buscaría en los bares el amor gastado,
las frases veloces y tacto a la carta,
el galán y sus voces, la musa,
el falso mirar,

de lo que no se siente que fácil es hablar ,
mirar desde afuera que sabio parece,
quien no haya sentido nunca
en la barriga un circo
o en el pecho un desierto
que se atreva a amar
y que suelte las piedras.

Pero hoy que suerte,
que no bajé la cara
que la miré de más,
que bailamos sin vernos y nos llovió a los dos,
yo que nunca saltaba en los charcos.
y por fin,
con los peros en los bolsillos,
sin fuego en las palabras,
con temblor en el alma,
con miedo,
con miedo,
yo que no supe llegar más lejos,
que respiraba fuerte,
y me rasgaba sólo los labios,
yo que no miraba los domingos a los ojos,
y quebraba mis parpados por no llorar,
yo que nunca entendí mis dolores,
que andaba distraído
y nunca supe qué decir a las chicas buenas,
elegí quererla a que me doliera ver cómo otro la amaba,
yo que supe de huidas, fui al amor,
así que no me vengas a hablar de victorias si no la
viste diciéndome que sí mientras le brillaban los ojos, que no hay cosas comparables,
no me digas que hay más bellas porque para mi amanece dos veces, una fuera
y la otra en mi almohada,
y por ella arriesgaría cualquier sol.

quién la viera como yo descalza y alegre,
dándome su risa como un aguacero,
su mar,
su tacto como lugar seguro,
No me pregunten por sus zapatos ni por su cuerpo,
por que sus piernas me han sanado más de mil noches,
y en su espalda he aprendido más sobre vértigo que lo que podría a cualquier altura,
que mis miedos los guarda en el pelo,
llego grabado en la piel las mil maneras que tiene de decir te quiero.

Yo que andaba a oscuras,
sin aire, perdido
sin nada que decir,
llegó ella,
y me colocó las letras en la punta del alma.

11.05 “Agradecer al Universo”.