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Un jueves de julio,
todo un sol salió a morar en el amanecer,
y la lluvia al parecer acechó con mortaja.
lo que a todo un sol no le pareció,
entonces, hubo batallas en el cielo,
el sol salía y se escondía,
la lluvia llovía y escampaba,
era una batalla limpia,
de dos cuerpos celestes,
¡sol y lluvia!,
ese jueves de julio,
nunca se ha de olvidar,
si por si acaso,
lloviera y se escondiera del sol,
tan inmenso y poderoso,
tan ideal y útil,
que es la energía mayor,
por la cual hago clemencia,
por una gran presencia,
que no aturde en exhalar sus rayos,
cuando da todo en un firmamento azul,
de un jueves de julio,
a todo un sol,
dispuesto y con control,
desde que el cielo,
cuece sábanas curtidas,
por lo siniestro de todo un sol,
en un jueves de julio…
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