Adiós amor de mi vida, volverás a verme cuando las golondrinas vuelen bajo la nieve, cuando las mariposas se posen sobres las alas del avión del olvido que conduce al verano del pasado.
Adiós amor, niña de los ojos de silencio de otoño marchito , volverás a verme en pleno invierno cuando estén congelados los ríos del desamor.
Adiós amor, piel canela con sabor a pasado, a hierro oxidado por el salitre de tus lágrimas de primaveras y de flores cecas y arrugadas y humedecidas por tus lágrimas y las ausencia de tus rojos labios.
Adiós amor, de piel tan firme como el Mons Vesuvius, tan inamovible como la gran muralla china en tu decisión de que tu sudor no me moje más.
Adiós amor, estere más seco que desierto en espera, mi tierra no volverá a ser mojada por la lluvia de tus caderas, este vagón del tren que perdió su rumbo fijo nunca más llegara ver tus montañas afiladas, que pena.