Carlos C

Y le dirás...

Y le dirás ¡te quiero! como a mí me decías,

Mientras besa tus labios como yo los besaba.

Y cuidará tus sueños como yo los cuidaba,

usurpando la dicha que debió de ser mía.

 

Compartirá contigo los momentos felices,

y será sin saberlo verdugo de mis sueños.

Porque vas a ser suya, porque él será tu dueño,

porque vas a olvidarme, el alma me lo dice.

 

Probará, noche a noche, de tus labios las mieles

—viajero afortunado del mar de tu pasión—

Sus momentos felices, para mí, serán crueles

Porque yo, noche a noche, beberé mi dolor.

 

Y cerrarás los ojos, de su aliento al arrullo,

y dormirás tranquila, sabiéndote adorada.

Y sufrirá entretanto, mi alma atormentada

 el calvario de saber del placer suyo.

 

Quisiera aborrecerlo, más no atino.

Quisiera maldecirlo, no me atrevo.

Que haciéndote feliz, sin sospecharlo,

me hará también feliz ¡yo lo bendigo!

 

  

 

Alt Wander Mérida, Yucatán 1976