boris gold

MIS GANAS...SE FUERON CON ELLA

Una tarde de otoño

el parque en silencio,

un par de parejas

y sus cuitas de amor,

sentada muy sola

con un libro en las manos,

sus ojos mostraban

todo... su candor.

 

Perdón, ¿no molesto

si comparto el banco?,

puede usted hacerlo

y la vi sonreír,

me dijo su nombre

yo le di el mío,

su acento indicaba

que no era...de aquí.

 

Las cosas suceden

de muy raras formas,

no se pero algo

entre los dos sucedió,

tal vez el realismo

de ese momento,

o su bello rostro

pero algo...me impactó.

 

Me contó que era

de un país lejano,

donde al sol muy poco

se lo ve salir,

por eso es que quiero

su tibia caricia,

pues mañana mismo

yo debo...partir.

 

El destino a veces

nos juega pasadas,

y con santa paciencia

las debemos aceptar,

cuantos lindos sueños

son puras quimeras,

volver a lo de antes

y otra vez...a empezar.

 

Se fue mi esperanza

a Islandia, su patria,

dejando en mi alma

un recuerdo sin par

ni el tiempo infinito

ni la cruel distancia,

podrán ya más nunca

su huella...borrar.

 

Boris Gold

(simplemente…un poeta)