Maria L

Grande amor mio

Podría repetir toda la noche tu nombre

y que no amanezca.

Podría dejarte vivir entre mis costillas

y aligerarte al amor más allá de mis manos.

Podría hacer de cuenta que es la lluvia

la que cae y no yo,

y no mi nombre partido,

mi nombre hecho pesadas,

pesadísimas gotas de espanto.

 Podría ir a buscarte ahora mismo

y sin embargo estoy aquí,

poniéndole piedras a mi boca,

cortándome las ansias,

 invalidándome toda palabra,

separando la piel buena de la piel mala.

Podría atarme los labios,

hacer un tajo en la tierra

y desaparecerme entera.

Pero de qué serviría...

No se inquietaría el grande amor mío

-mi gloria-

ni a falta de cuerpo,

ni bajo el desgarro,

ni sobre la mismísima muerte.