Gabriela Rodríguez

\"Tu entrega en una mirada\" Capítulo I

\"Tu entrega en una mirada\"

Capítulo I
El atardecer en la playa.

Días acalorados de agosto me incitan a caminar por la playa, el atardecer llega sin darme cuenta y me obliga el cansancio a recostarme sobre la arena, cierro mis ojos para el descanso, después de unos minutos escucho una voz extraña:
- mi mejor complemento... playa, atardecer y una bella damita.

Sobresaltada me siento y al abrir mis ojos ¡oh Sorpresa! ver aquel hombre tan guapo con bella sonrisa.

Me recompongo, estoy nerviosa no doy crédito a lo que veo.

- disculpa, no pretendía asustarte- dice aquel hombre.

-Creí estar sola en la playa - respondo muy apenada ya que mi facha no es la adecuada.

Me sorie, es tan lindo ¿Qué hace un hombre tan guapo aquí? Me pregunto en silencio.

Tras unos minutos de disculparnos el rompe el hielo:
- he llegado a esta pequeña ciudad por trabajo y al enterarme de tener la playa tan cerca desee venir y tal es mi asombro que me encontré un bello paisaje; ahora comprendo... No me equivoqué al sentir el deseo de querer venir.

Mis labios se curvan para dejar escapar una sonrisa, sigo nerviosa este hombre provoca una sensación de calidez, pero al mismo tiempo excitante ¡que finta estoy dando! ¡que pena! Con mi cara boba.

Por un instante me asusta, me siento vulnerable ante su mirada tan penetrante que me hace temblar, ¡no lo entiendo! Es un extraño.

Pasan los minutos y me pregunta que hago sola en la playa y lo único que puede salir de mi boca que tan sólo fue un deseo de salir a caminar; el sonríe expresando:
- agradecido de que haya sido así , ¡mira mi suerte! ¡te he conocido! ¿cuál es tu nombre? termina.

Con una voz temblorosa respondo:
- Victoria
- bello nombre damita me has dejado encantado, mi nombre es Leonardo; Mi estancia será corta en esta pequeña ciudad y espero verte de nuevo.

Se acerca, al dar dos pasos, me estremezco al sentirlo tan cerca y en voz muy baja se dirige a mi. Su presencía me inquieta esta a centimentros de mi cuerpo, de mis labios ¡por dios! ¡alejate o no respondo! y pegándose a mi oído susurra:
- fue un placer conocerla Victoria

Solo Asiento con la cabeza casi perplejica y exitada. ¿qué me pasa?

Nuestras miradas son tan penetrantes que pareciera que ya se han cruzado antes.

Y sin decir más nos alejamos en diferentes direcciones.

Continuará...

Gabriela Rodríguez
05/07/2017
Navojoa, Sonora México.

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