Enfermé de escribir y es incurable,
diagnosticado como versoadicto,
medicado y con tratamiento estricto,
empezar a escribir fue inevitable.  
Diversionina en dosis inyectable,
vivo de  rimas y versos adicto,
y al pensar que son parte del relicto,
el pulso al escribir es inestable.  
Estoy alucinando ahora mismo,
no puedo eludir el verso y tampoco 
distinguir realidad y espejismo.  
Mi pluma, tinta y papel poco a poco,
se convierten en red, lazo y abismo,
donde al delirio y al placer evoco.