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Empíreo del amor

Noches repletas de acciones indelebles donde desaparecen los mundos,
inenarrables historias de sexos olvidados en la terraza de la Luna;
caos, terror, apocalipsis, desastres que venían antes del orgasmo,
era paz tu rostro ensimismado en el ritmo de ese baile libido.

Revoco tu nombre en el eco del silencio fúnebre a tu partida,
grito exaltaciones del amor que aún guardo en el corazón y los muebles viejos,
son dolores que se pierden en la soledad de las noches de Luna,
la melancolía se aumenta cuando la soledad se queda sin Luna,
esos instantes eternos que tanto odio no dejan gritar tu nombre.

Siempre fui hiperestésico por tu amor,
las historias antiguas me causaban dolor,
el poeta inmortal era mi mayor admiración,
perder tus ojos indescriptibles era el significado del terror,
tenía todo en tus pieles de Diosa, allí era un Héroe griego, pre-hispano, un todo.

Escribía sin tintero, solo usaba la saliva en tu cuerpo,
donde tatuaba mis mejores versos en tu orgasmo que imagino siempre fue sincero.

El alcohol y los alucinantes ahora son mis únicas compañías junto a Debussy y compañía,
en estas noches donde la muerte está más cerca que tus labios son el público, son la vida.

Lentamente los trozos del ser y los fragmentos del alma se esparcen como la hojarasca,
quiero cantar como el ruiseñor y volar como vil ave de caza en el manto azul,
pero el problema es que solo hay noche, el día se extinguió en tu adiós,
solo soy de la Luna y del recuerdo de tu amor que me llevaba al empíreo.