John morales

Eternamente

No fue en vano el dolor que ahora me remece.
Amor mío, esa lluvia jamás ha sido en vano,
ni el pálido sereno de un galanteo arcano,
que en gotas de rocío matinal amanece.

Sabrás triste de mí, cuando mires las llagas
que sangran en la aurora; nostalgia de un vampiro
luminoso de la noche; que en su retiro
clava su amor etéreo con inefables dagas.

No podrás irte nunca; como las luminarias
celestes de los cielos no pueden su inefable
luz desprender jamás. Así será el loable
pétalo del amor; en inmortales Arias.

Hay estrofas que suenan febriles, que tú imitas.
No podrás olvidarme; pasaré a tus balcones
y corsarios ignotos, y entre tus propios dones
dibujarás mi rostro con tus manos benditas.

Y llorarás de amor, al ver que me recuerdas.
Oh vibrante Nereida de un nocturno de cuerdas.

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David John Morales Arriola