Lupercio de Providencia

Amada ausente...

 

Como conserva mi alcoba su huella

esencia clara de pasos tan suaves,

un gran primor se dormía con gozo

sueño de seda que todo lo envuelve.

 

Esas paredes con flores de estampa

mantienen fresco el preciado recuerdo,

que se diluye en mi cuarto de espera

y en la distancia parece alcanzarme.

 

Desde el espejo que aguarda tranquilo

un apagado suspiro se siente,

como en su pecho tan tierno y tan dulce

y me parece que está de regreso.

 

Es en la hiedra de verde sombreado

donde su paso detiene la brisa,

entonces oigo un sonido muy tenue

revoloteando a través de las hojas.

 

Está en mi pieza su nombre presente

fue pronunciado por todas las cosas,

pero sin voz para a un ser tan amado,

un pensamiento la llama en silencio.

 

 

Lupercio de Providencia