Diego Nicolás García Contreras

Mica candado

una vez más, corta un papel en forma de niños

que vivieron en la isla
en que se sonreía al día.
aire de arreboles anaranjados
en las lomas donde brotan los efluvios.
Tardes de primavera en un sueño cualquiera.
Tejiendo balsas con la energía que hilos quisieran para abrigar mis melodías
y guardarlas en el baul que chera 
aderezos y madera,
semillas redondas con un montículo y sal de conchas lejanas
abre siquiera la puerta, del portal de plata en la playa
donde escarlatas micas enarenan mi memoria

de eslabones

y me enamoran