Nostalgia
esquirla oculta
en la prisa de las seis,
puñal de mango, plata y gris,
hoguera pagana
en un altar sin flores
ni verdades.
Recuerdos,
desnudos en la sombra,
tejidos con hilos rotos,
agujas vencidas,
perdidos en la urgencia
de amores fríos, exiliados.
Y mientras tanto,
la noche —con manos encendidas—
aviva, a gritos,
las brasas
de los besos que no mueren.