Diminuta

Un poco.

Lo siento mi cielo, me dijo él mientras jalaba el gatillo. 
Un poco ahogada entre tanta gente,

y tan pocos ojos que me comprendan, 

he jugado a las canicas con mil mentirosos, 

y besado labios que jamás fueron míos. 

 

Luego estás tú, entre la multitud, y con mucho ruido.

Una luz, una magia te alumbra a ti. 

La oscuridad y el dulce vacío, se quedan sin palabras...

Cuando se habla de ti. 

¿Para quien escribo, dulce amor mío?

¿Para el pintor, el actor o para mí? 

 

 

Nota: Pronto la segunda parte de Filosofía de vida.