Glomo

NADIE CONOCE A NADIE

En un par de minutos cosió a balazos a su víctima. 

Tenía 40 años, ni joven ni mayor, ni frío ni calor sintió 

al arrojar el plomo con la tensión de un dedo.

Los celos o el desprecio, el negocio estaba hecho:

- \"Como mo te pille con otro te mato\".

Ella solo sonrió, miró, la oportunidad de la vida,

de la niña, del cariño que no llega a amor y que

sienta bien solo de imaginarlo. Él no quería 

siquiera pensarlo, la vio, en ese candor nunca

antes observado, deshecha, derretida, carne de azúcar 

o de miel que cae de sus caderas, \"suyas\" y no de

ningún otro.

El ocaso llegó, nadie lloraba, ni el niño huérfano

de la barriada, ni el padre con quién vivió el 

infierno anterior, \"era una guarra\". Nadie conoce a

nadie en los arrabales, el dolor es verano, el grito 

es temperatura cálida , el insulto el clima, y la madre, la

la madre, la madre... ametrelleada desde que nació,

desde su prostitución, la madre de 40 años, la que 

deja niños sin cargo, lágrimas sin expulsar, abortó, 

violencia en su útero desangró  la desesperación,

nada le importa a nadie, porque nadie conoce a nadie,

ni tan siquiera la madre que la parió. La muerte se

adelantó, a su hija, a su dolor, se la llevó.