FIDEL HERNANDEZ

CONDENADO A CONVIVIR EN PUENTE DE PLATA

(“... al enemigo que huye, hacedle la puente de plata.” Cervantes, parte II, capítulo  LVIII de su Don Quijote)

 

Condenado a convivir

con ese otro yo

que te quita las alegrías,

que te merma los pocos placeres;

ese enemigo implacable

que no se separa de ti,

que te  engaña,

que te hace dudar,

que cuando vives

te hace creer que es una pesadilla,

que cuando sueñas

te lo presenta

como una realidad.

 

Condenado a ser

lo que aparento ser;

que no estoy marcado

desde antes de nacer.

Que no cambie de vida,

que no cambie de futuro

me recuerda  siempre.

También me recuerda

lo que tengo que hacer,

quién tengo que ser,

qué se espera de mí

en cada triste amanecer.

 

¡No pienses más!

¡Actúa!, me dicta el yo,

no te acuestes cada noche,

a pesar de los pesares,

con la misma sequedad de boca

que padeciste anteayer,

con la oscura sensación

de que todo es nada,

de que hoy no hay nada que hacer;

pocos son los que,

tras mirar hacia atrás,

repetirían su vida actual …

 

Bienaventurado tú, lector,

si eres un afortunado,

si la vida te dio tu vida;

los demás vamos muriendo,

infectada la gran herida

de vivir soñando,

y de seguir condenados

a convivir con el otro yo,

y siempre llenos de espanto

en un puente de plata,

y eternamente esperando.