Rafael Escobar

\"LA MUJER VANIDOSA\"

De vanidad se murió

al infierno llegaría

al diablo lo asustaría

con todo lo que pidió.

Le preguntó a Lucifer

cual era su habitación,

la quería de algodón

o bien que fuera de plumas,

también quería de espumas

un sedoso almohadón.

 

Le dijo: Soy mujer bella

cuido mucho mi belleza,

tengo labios de cereza

y mirada como estrella;

quiero aire acondicionado

pues no soporto el calor,

a mi piel le da escozor,

es mi cutis delicado,

lo conservo con cuidado

porque eso me da esplendor.

 

Mi desayuno es liviano,

tostadas con miel de abeja,

que mi figura se queja,

en conservarla me afano;

no como nada grasiento,

almuerzo con vino tinto

no quiero nada distinto

si me engordo hay celulitis,

la grasa me da gastritis

y no podré usar el plinto.

 

Se quedó el diablo asustado

con tanto requerimiento,

haciéndole un movimiento

llamó al diablo del mandado.

Le ordenó en forma sonriente:

Vete a buscar la señora

que fue artista encantadora,

la de cuerpo de guitarra,

la que hoy es una chatarra

que parece como espora.

 

Se fue el diablito al mandado,

volvió con la Eva Gabor

a la otra la dio estupor

como había terminado.

Entonces Luzbel le dijo:

Ya termina con tu cuento

aquí serás esperpento

que se volverá ceniza,

aúnque tu piel se eriza

serás un polvo mugriento.

 

Autor: Aníbal Rodríguez.