clonariel

MADRUGADA

Ven a calmarme madrugada,
me he quedado solitario en nido de sábanas,
el deseo fue un látigo de distancias.
Mis manos aún aferran la tibia estrella
de su cuerpo.

 

Ven alba, sol, abre tu paraguas,
me han dejado con los labios en la escarcha
y el pensamiento amontonado.
El viento del delirio recogió mi hojarasca.

 

Retorna amante, me rodea la guirnalda
del sufrimiento, la ilusión es una daga,
mis lágrimas, un destierro.
Cuando el día te invoque
me condenará tu recuerdo.
¡Impaciente flecha la agonía!