Esteban Mario Couceyro

El niño del Cairo

Hubo, hace un tiempo

en el futuro

que ya pasó

un niño

que deseaba

volar

como en esas historias

contadas

en las noches

luminosas de luna

que asomaba por la ventana.

 

Jamil, sabía

de la magia

…………..

la de las lámparas

los espejos

del cielo estrellado

y de esas alfombras

que podían volar.

 

A los pies de su cama

había una

descolorida de tiempo

él sabía

que supo ser de un palacio

donde un príncipe

partió

tan joven como él

montado en esa alfombra

que sabía volar.

 

Tantas aventuras

llevaron juntos

en tierras extrañas

algunas

blancas de nieve

y otras

de arenas

y desiertos.

 

Pasaron años

tantos

que los escribas

olvidaron

que partieron

el príncipe

y su alfombra voladora

……….

pero una mañana

regresó al palacio

la alfombra sola

raída y desteñida

tanto

que los sirvientes

la sacaron

con la basura

a la calle.

 

El destino hizo

que la alfombra llegara

a los pies de Jamil

al lado de su cama

frente a la ventana

como el peor de los tapetes

en la más humilde casa

del Cairo.

 

El niño

jugaba

a ser genio

pirata

rey o mago

sentado en la alfombra

……...

un día de estío

la acarició

diciéndole que volara.

 

Por las calles del Cairo

vieron pasar

a Jamil

y su alfombra voladora

iniciando ese viaje

del que tampoco

regresará

encontrándose con el príncipe

perdido

y mil aventuras más.