Comencé perdiendo, excelente jugada. Avanzas, avanzo.
Pisada mala, paso en falso, me retraigo, creo que te quiero, alfil menos
Baja la defensa, suerte oponente.
Vuelvo pienso, me retraigo, paro detengo, ostracismo absoluto;
-Quizás es bueno, pragmático listo, maldigo la partida!
Percibo la raíz de la desconfianza, creo verla por el rabillo derecho,
Trepa, toma el tablero, blanco, negro, blanco, se apodera.
Temor al jaque, a tu olvido en mate. Peón al paso, enroque,
Saco trucos sin reserva, acaso me resguardan de tu casi mafiosa
Vorágine de piezas? O desde el principio está escrita tu victoria y cantada mi derrota?
Quizás si abandono, si suicido mi rey? Siempre alguno termina perdiendo,
Desistiendo, dejando al otro con ganas de más…
- Hasta que no muera el rey no morirá la esperanza!; o al menos eso pareces agitar del otro lado de esa trama dicromática, entre aturdido y perdido por tu buena racha.
Con la reina cubriré mis últimas esperanzas, con mi único alfil protegeré mis sueños , con ambos equinos velare la voluntades, con las torres cercare mis soplos, los peones lucharan con osadía por mi fortaleza y con el todo me jugare el alma.