Alejandrina

Defensa de la carreta ( Décimas)

 

Quiero rendir homenaje
a mi querida carreta,
aunque parezca chancleta
abandoná en el paraje,
fue muy largo su bagaje
por esta querida tierra,
cuántas historias encierra
en sus ejes ya mohosos,
entre tristezas y gozos;
veterana de la guerra

Les cuento mis caballeros,
que por el año cuarenta
aromadita de mentas
tirada por dos overos,
cruzando por los potreros
entre cantos y vihuelas,
llevó a mi mamita lela
al casorio con mi abuelo;
linda como flor de cielo
con toda la parentela.

Según contaba mi tío,
cruzaba las alamedas
dejando sus dos estelas
en el sol de los estíos.
No venga un mozo atrevido
a decirme que es arcaica,
vieja está mi perra Laica
pero pa’ná esta chiquilla,
aún gimen sus gavillas
como plegaria de guaicas.

Claro que está muy malita
ya con su pértica rota,
gastadas sus dos ojotas
mordida por las termitas;
de tantas lluvias tirita
como poncho de baquiano.
Se fueron ya tus veranos,
tus yuntas, tus carreteros,
lejano quedó el granero
solo te quedan mis manos.

Así que no venga iñore,
mi guaina de poca monta
a decir palabras tontas,
agora que sus amores
es su yunta de tractores.
Es re cierto que el Fortuna
y el lenteja del Cuncuna
ya son cueros pa´ la monta;
el corazón de esta tonta
carretea en esta cuna.

Era de verla en invierno
arremangá la rotita,
dejando con mi taitita
pan, quesillo y trigo tierno
allá en el fundo El Averno;
o bajo la resolana,
cargaita de damajuanas
por la cuesta la puntilla.
Pobre mi linda chiquilla,
mi compañera, mi hermana.

Qué importan ya los abriles
sobre tu estampa de roble
si eres la más linda y noble,
la que recorrió por miles
los caminos de mi Chile.
Por eso carreta amada,
entre cerros y quebradas,
siempre quedará tu rumor,
como copihuales de amor
dibujando la alborada.

Alejandrina