Johan Molobo

El autómata

 

El lunes y sus clones quintillizos,

gatean al paso del tráfico diario,

con todo y su rutinario embotellamiento.

Las noticias de las seis, el sol despertando.

 

 

Las manos se oxidan en el horario,

siempre giran, estiran, cortan, repiten

la coreografía sistemática del hastío;

al son de números, pantallas y relojes.

 

 

Casi olvido que existo en el océano gris,

como una tuerca más del capitalismo.

Ruidos, hedores, producción, clientes;

exportando mi alma, por el sueldo mínimo.

 

 

Poco a poco olvido los lirios y a las ninfas,

tan solo verso gotas de cansancio;

si tan solo pudieran comerse y beberse

los sueños, los arcoíris, las alegres rimas...

 

 

Si tan solo pudiera congelarme en tus brazos,

y el mundo fuera una eterna poesía.

Tan solo vos, mi musa, recordá que por siempre

te amaré, aun sí olvidara que te amo.