En el silencio de mi patio
a veces, me hecho la siesta
en una vieja tumbona
a la sombra de limoneros
solo se escucha el susurro
de las abejas que volaban
buscando el néctar,
la golosina dorada
y una mariposa que volaba
buscando los pétalos
de una rosa enamorada
un batallón de hormigas
en perfecta formación
que haciendo la instrución
buscaban comida, con atención
una lagartija fina, luciendo su esbeltez
cual coqueta bailarina
y un despistado gorrión que venia
a beber de un cántaro de barro
un torpe escarabajo, que pasaba
me dió las buenas tardes
así con tanto ajetreo
de la bendita naturaleza
en tan encantador retiro
organizo yo una fiesta...
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Guardando el oro divino
de lata tengo yo un jarro
que en la alacena descansa
es la espuma de olivares
que riega el pan blando
de cada mañana, con un ajo
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Gotea la tarde su esencia
tras la neblina, el sol se pone
busca el mochuelo su olivo
el caminante la fonda
la oveja, su cortijo
el corazón cansado, su reposo
entre unos brazos, enamorados...