Jose Leonardo Ramirez

A Mayra

Camino a casa se me ocurrió un buen verso para ti,    

era uno de esos que te llegan al alma o de perdida te matan,    

sin embargo frente al papel lo he olvidado.

   

Y es que aun no creo lo que pasó, o tal vez sí.    

 

Cruzaba yo la calle y mis pupilas se dilataron,    

todos mis sentimientos me se de cabeza pusieron,  

como un imbécil me encontraba imaginando,  

navegando por los contornos de sus labios,  

entreverando piernas, ideas, fluidos,  

cualquier cosa.      

 

Y tan solo cruzaba la calle en dirección contraria,  

con su cabellera larga, sus tenis y falda.      

 

Su mirada tan breve me elevó por los aires,    

junto a ella,    

rodeado de caminos empedrados,    

para elegir cualquiera.      

 

Las palabras se me sacudieron tan fuerte  

que de repente las fui olvidando, de una en una.      

 

 

Azul su color favorito y de fresas su helado,  

no toca la guitarra pero le enseño,  

y ella me enseña a sentir y a besar;  

y permanezco a su lado, porque es libre.      

 

Libre como el aire que nos falta, mi Mayra.