Catelgood

Confieso Que He Vivido...

Confieso que he vivido, miro mi cuerpo en el espejo…
Sin esos músculos firmes y dispuestos del pasado…
MI cara empieza a arrugarse de arriba a abajo…
Y donde estaba una mirada profunda y seductora,
Quedan los estragos de varias décadas de llanto…
De lecturas terminadas y muchas más pendientes…
De muchos ciclos mirando flores abrirse y cerrarse
De encontrar amaneceres amando… y odiando…
Mis piernas ya no corren maratones, ni saltan…
De los lechos de amantes a los grandes trabajos,
Y una panza salida de no sé dónde, ni cuándo…
Me estorba en el amor, en la vida y el descanso.

 

Confieso que he vivido, y miro mis pies cansados
De andar caminos que llegaban... a ningún lado
Y otros (los más), de llegar a dónde nunca fui amado
De salir corriendo en busca de la vida cómoda
Y encontrar sólo tantas dificultades, a cambio
De perseguir niñas, muchachas, y mujeres a pasto
Y ser encontrado por otra, mientras jadeaba cansado.
Ya mis pulmones colapsan, entre jadeos... por nada
De día, calambre en el pie… de noche, en la espalda
Y el hígado protesta, cuando abuso de las pastas...
Además, reviso una y otra vez las etiquetas de latas,
(Claro, siempre y cuando no haya perdido las gafas)…

 

Confieso que he vivido, he perdido amores, decenas
Y he ganado también… ¡algunas buenas bofetadas!...
He atracado en cien mares, con desayunos y cenas
Y también engañado con humo, los gruñidos de la panza
Si mi corazón late, de manera intensa, y acelerada…
Ya no sé si es un nuevo amor, un infarto… ¡o nada!
He vivido, lo confieso, y nada hay, que me haya ahorrado…
Ni el gusto más denso y agradable, ni el placer excelso…
Ni el dolor más grande, ni con derecho, ni regalado…
Por eso, porque he vivido, miro sonriendo al cielo…
Confieso que estoy listo, no me falta en absoluto nada…
¡Para otro nuevo día!… nuevo, sin uso… ¡y el más bello!