JuanDavidSeijas

Abertura OnĂ­rica

I

Desperté y miré por la ventana de mi sala un hermoso mar que reflejaba tu hermosa mirada sobre la mía, provocando un profundo misterio, sin duda alguna encontré alegría.

II

En el horizonte se escuchaba el silencio corrompido por el canto de las sirenas, ángeles caminaban sobre el mar diciendo tu nombre mientras que otros jugaban entre las aguas.

 

III

En la noche se veía la luna que iluminaba nuestras almas, formando un lazo amoroso, aunque muy triste seria que me dejaras en el olvido, por eso le doy gracias a Dios por haberte conocido.