jorge enrique mantilla

NIÑOS SIN PADRE

NIÑOS SIN PADRE

 

Que hay en la mirada, si traspasan las nubes del infinito

Si los ojos desorbitados, buscan la estrella que colme su apetito

Si las lágrimas resbalan sin piedad, de aquel padre maldito

Si de la boca salen gritos de maldad, pidiendo su espacio favorito

 

Que hay en la sociedad, que limita la indiferencia y la arrogancia

Si en las calles pulula la ignorancia, sin importar el futuro de la infancia

Donde está la prevención del niño abandonado y su violencia

El padre engreído y movedizo, que evade responsabilidades en su ausencia

 

Que hay en la tristeza de aquel niño, sin padre y sin nobleza

Si las noches se vuelven un desvelo de fríos sin sueño de rudeza

Si su cuerpo es una sombra de pobreza, que invade su tristeza

Añorando al padre que lo abandonó, sin remordimientos, su grandeza

 

Qué hay del amor del padre, si se saciaba truhan y pendenciero

Si arrastraba por doquier mujeres de sentimientos de amores ligeros

Tan frágil como pedir perdón sin súplicas, del vago prisionero

Inocente de aquel niño abandonado, que reclama amor filial y sincero

 

Que hay de la verdad de aquel hijo, que el padre engendra

Si niega el pan, que arrebata de la siega y su siembra

No le hará falta si le brota de las mieles, la indulgencia

Cobarde de los ardiles, que profanan sin trincheras la violencia

 

Que hay de los sueños de aquel niño, si nunca fueron infantiles

Sin misericordia fueron acorralados a arrastrar aquellos fusiles

Sin sonrisas ni calores que lo abriguen, de madrigueras hostiles

Si la soledad se vuelve en rencores, taciturnos sin proyectiles

 

Que hay de aquel padre, ausente y olvidadizo de misterios insondables

Que reniega de aquel niño abandonado, de sus mieles miserables

De la mirada del estado y autoridades, cómplices sin perdón, abominables

Hacen del futuro inexistente, de sus lágrimas resbalen, por siempre inolvidables

 

Que hay de aquel niño sin padre, de cambuches se torna forajido

Sin educación ni amor, recorre las calles ávidas de aventuras temidas

Sin abrazos de consuelo, grita su llanto del desespero, de todos sufrido

La soledad lo llena de sentimientos, esperando aquella mano del padre desconocido

Que le dé estabilidad y comprendido, sin ser señalado, despreciado ni perseguido.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga junio 15-2017