José Cascales Muñoz

Un precioso despertar

 

Hoy cuando desperté y te mire, tu cara aún reposaba en la almohada iluminada por la luz de la mañana, silenciosamente intente salir de la cama para no molestar tu profundo sueño.

 

Con la mirada en tu cuerpo quede maravillado por el conjunto de pijama pantalón que llevabas luciendo tus hermosas piernas y dando a tu cuerpo una obra de arte de las que siempre quedo prendado.

 

En unos segundos tus ojos se abrieron con unos buenos días mi amor, invitándome a cerrar un poco las cortinas y acompañarte en la cama, no fue un poco tiempo, fue una eternidad, pues al entrar en la cama tu desnudo cuerpo se abrazó al mío.

 

Paso el tiempo y lo que trajo esos buenos ratos, nos incorporamos y nos dirigimos para desayunar, quedando los dos muy satisfechos con nuestro bizcocho de chocolate y nuestras infusiones de manzanillas, tu cara era una rosa en primavera, al terminar el desayuno, nos esperaba nuestra ducha y tu parecías una hermosa Venus desnuda, buen comienzo del día.

 

© José Cascales Muñoz
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12 de Junio 2017