carloszuluagazuluaga

EN LA ORILLA

EN LA ORILLA

 

 

Sentado en la orilla del viejo camino

mis horas se apagan pensando en tu amor;

y dulce es mi vida tras este destino

cuidando un cariño que habrá de ser flor.

 

 

Dos almas sonríen, despierta el encanto,

dos vidas se miran con ansias de amar.

Promete la mía un fiel amor santo

y amor como éste me viene a pagar.

 

 

El dulce silencio que guardan los labios

es tímida ofrenda del más puro amor

y en medio de todo ni ofensas ni agravios

nos han arrastrado al crudo dolor.

 

 

De risas y flores surcando el sendero;

el viejo camino nos vió tropezar;

y en este tropiezo yo dije: te quiero;

y tú respondiste: también te he de amar.