Mallez

Señora

 


Señora, ya no sonría
ni parezca coqueta
cuando de su cabeza
a su esbelta cintura
yo quisiera abrazarla
bajo su cabellera.

Y por sus labios abiertos
donde todo es silencio
y de igual contubernio
de las muchas caricias,
con los ojos cerrados
yo quiero darle un beso.

Señora, ya no sonría.
Regáleme en sus ojos
tan libres de sospecha
y de la galantería
con su bella silueta,
su hermosa mirada.