Esteban Mario Couceyro

Dueño del cielo

Cuando

fui dueño del cielo y recorrí sus dominios

vi un lugar abandonado de pájaros

y esas horribles nubes de papel.

 

Supuse encontrar

seres alados

y bellas personas

en alegres reuniones.

 

Senderos umbríos

bordeados de fragantes flores

y el incesante rumor del agua

brillando con un sol suave.

 

Nada de eso vi en el cielo

tierra yerma

noches de frío

y el silencio ciego

de la nada.

 

El cielo no es tal

sin tus ojos

la fragancia del cuello

anunciando

el tibio pecho

y esos eternos besos

seguidos de palabras enamoradas.

 

El cielo no es cielo

en tu ausencia

el infierno

es el placer de quererte.

 

En los ojos de mar

el universo

de tu cuerpo

y la naturaleza

de amarte mujer.