Menesteo

La Carta...

En el sobre hay una carta,

en ella, una delaración;

leedla muy despacito...

muy despacito, por dios.

Mi nombre...qué más da

cual sea mi nombre...

entre versos y poemas

dejaré impreso el nombre

que escribiendo está en la noche.

Soy de tierra marinera

cerquita de una ribera

de un río que llega al mar,

y al mezclar su dulce agua

con la sal que lleva el mar,

se llena de blanca espuma

la fina arena de playa

donde termina la mar.

Envuelto en mares de viento

o volando en olas del mar,

llegaron mis sentimientos

a través del universo

a las puertas misteriosas

del poético portal.

Lleno de leyendas y cuentos...

de poesías y versos...

de buena gente ¡no más!.

Como un lucero en la noche

brillando de madrugada,

me iluminan esas letras,

encendiendo el sol de la mañana.

 

\"Pensamiento\" ¡que tienes en el pensamiento

que no te deja vivir las letras que llevas dentro!

 

¡Oh! Alam de tu México lindo, de tus playas

paradisíacas; que lindas son tus poesías

desde tu Guadalajara, llegando por mares o vientos,

robando mis sentimientos; al Puerto de Santa María.

 

De Argentina, como mi amigo Hugo;

como Evita de Perón; como Jorge Luís Bórges...¡poeta!

dejaran su corazón a su gente con grandeza,

con sus palabras y sus letras. Esa eres tú Nelly,

sirena azul de tus mares y los míos,

cuando de ellos tú versas; hasta yo pierdo el sentido.

 

De tu río Paraná, de tu selva milenaria,

rocío cae de noche que, son bolitas de nácar

brillando sobre tu pelo, Ángélica de mi alma.

 

Tú eres siempre el que eres; igual que lo soy yo,

oro que brilla en la noche y se apaga con el sol,

cuando llega la alborada; todo tu cuerpo es amor.

 

Y si de amor sabe alguien; ese es, Víctor Ma. de San Lorénzo,

enamorando no hay, quien le gane en sentimientos.

 

Sois mucho en el portal para yo poneros nombre,

pero a todos; os llevo en mi corazón de hombre. 

 

He dejado para el final, con perdón de los perdones,

a la voz más celestial que abriga los corazones

que se unen en el portal, con poesías de amores.

¡Oh! mi amigo, Hugo Emilio Ocanto,

¡que me hiciste en la distancia

para yo quererte tanto!.

Ponerle voz a los poemas

de los que nos gusta tanto,

haciendo que sus autores

se deleiten con tu canto.

Voy encontrando tu camino,

siguiendo voy tus pasos,

aunque me encuentre distante

siempre me encuentro tus brazos,

desde que tú me enseñaste

la colección de tus cuadros.

 

Menesteo

 

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