Hugo Emilio Ocanto

*** Poema a mi ciudad Necochea *** - Autor: Hugo Sánchez - - Interpreta: Hugo Emilio Ocanto - - Grabado -

Río Quequén

¡Serpenteante brizna! ¡Filamento vivo!

Leche maternal del campo y zumo basto del cereal.

¡Tus párpados de aguas en rocas cascadas!

¡Tus láminas cristalinas de ópalos girasoles

y amarillos trigales! ¡Lámina de verdes espectros!

¡Tus aguas cual lágrimas de la tierra

van pariendo vida en la extensión terrenal!

 

Parque Miguel Lillo

¡Coro de aves!, ¡Espejo esmeralda!

bajo el añil paño del cielo meridional de mi ciudad.

¡Tus cantos de viento y aliento de pinos!

¡Ah! ¡Tus versos implícitos! ¡Tus versos explícitos!

¡Alma verde del sur! Cordón de bosque frondoso.

Buenos Aires y su  pampa austral.

 

Mar y Playas

Crispador de albas, encendiendo nubes

como etéreas plumas de espuma de cielo

cual llama matriarcal de amaneceres.

Pintor de crepúsculos de finos matices

de rojos óleos marinos

satinados en cremas de plata.

Mar calmo, mar sereno e  inquieto, ¡Mar Bravío!

 

Tu infinita extensión de arenas ¡Musa de almas!

¡Tus cantos de gaviotas y bálsamo de olas!

¡Tus médanos y  grutas! ¡Tus ecos de inmensidad!

en mi suelo vivo.

 

 

Campo

¡Pan de la mesa del obrero! ¡Miel de sus hijos!

Manos rústicas forjadas en llagas de suelo.

Llanura ornamental de la lengua interior de un pueblo,

de una ciudad nacida de la tierra

abrazada por el sol y humectada por las lluvias

Del humus de tú génesis, brotó patria

de la inmensidad bendecida por Dios…

 

Puerto

Manos abiertas extienden su brazo del Quequén

a las saladas aguas del Atlántico sur.

Abre tus palmas,

extiende tus dedos de sustento.

Puerta natural de aguas.

Las naciones acuden a tu abrigo,

al refugio de tus granos,

al bálsamo de tú reparo.

y al calor de tu gente

 

 

Ciudad y sociedad

Cadencia de compases urbanos

en tus cromos de asfalto,

en tus calles interceptas por almas y avenidas.

En la geometría de tus cuadrículas

en tus plazas, en tus monumentos y escuelas.

En las huellas de tu historia.

y en  la extensión perimetral de tus sueños

Patria de un pueblo erguido.

Sangre social de mi ciudad.