Evandro Valladares

LOS DOS. Soneto.

Los dos. Soneto

 

La luna cobijaba la arboleda

bajo las ramas, sombras que danzaban

en el aire quedaba olor a greda

y nuestros cuerpos tibios se juntaban.

 

Rumor de agua en la laguna, muy queda,

los invisibles grillos que cantaban,

tú como la mitológica Leda

que en el cisne sus brazos se enredaban.

 

Así la luna fue siendo testigo

de una velada plena de ternura,

 de ese maravilloso estar contigo.

 

Libres de sobresaltos y premura

y del silencio hicimos nuestro amigo

y de los labios mínima fisura..