LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

Hoy, caminé de nuevo

Hoy, caminé de nuevo

 

 Mi pueblo, caminé de nuevo tus añoradas calles.

Lloré en silencio el haberte dejado alguna vez

- con el corazón hecho mil pedazos,

con las lágrimas no solo deslizándose, creo,

- que en torrentes, recuerdo que en desbande.

Desesperación de realidades, dolor de necesidades,

- solución de apuestas con soluciones inciertas.

Desafíos de vida, encrucijadas y propuestas.

Mundo desconocido que a lo conocido

- le va cerrando sus puertas.

No son olvidos, son raíces, son cimientos.

Son fuerzas que te empujan y te muestran

que los horizontes se están ampliando

son muchas energías nuevas, abiertas…

 

Son los mares con sus olas movedizas

que te están desafiando a que navegues

- por otras playas, por otras realidades

con otras brisas y corrientes.

Tú mi pueblo, solo te veo desde muy de lejos.

Son chispazos, son relámpagos reales, son reflejos.

Siempre eres tú mi pueblo viejo…

Son los mismos nidos tan llenos de raíces,

que a pesar del tiempo no se olvidan

- viviendo mundos lejanos, caminando otras ciudades.

 

Esos primeros rincones siempre eran presente.

Entre ruidos y sonidos, entre multitudes y silencios,

- de la mano te he llevado, pueblo lindo pueblo viejo.

Ayer caminé tus calles, hoy a la distancia y muy lejos,

en un rincón de mi hogar tu energía vital me alcanza.

Respiro tu brisa, tu humedad de tierra vida.

Vuelvo  a ser niño; porque vuelvo a volar sin horizontes

- en vuelos sin fines ni llegadas, solo vuelos…

Son los mismos vuelos de aquel tiempo

- a paso cansado a ritmo lento,

con tu recuerdo fresco a pesar del transcurrir del tiempo.