Eddy Cárdenas García

No es así...?

                                                        

 

 

 

                                                         ¿No es así…?

 

¿Cuánto, cuánto tiempo más…?

Despierto y allí estas

 

¿No, no es así?

todo tiene su tiempo

y esto es algo que convendrías

en aceptar.

 

Tú ya los criaste

ahora teje tus nuevos días,

bosqueja una semblanza

de sus inicios, de su sangre, de su raza.

Ya no más lagrimas

déjalos, déjalos caminar,

tú ya les enseñaste el camino

ahora serán sus pasos

los que tendrán que andar.

Ellos persiguen esa luz; la de sus sueños

aquella que brilla en sus pensamientos

como el faro que incita

los destinos del hombre de mar.

 

Y están tus manos, dedo a dedo

Sosteniendo el rosario

Entre rezos y plegarias

Por los hijos que aún no se van.

 

¿No, no es así?

Son sus vidas, déjalos partir,

que tomen sus direcciones,

sus destinos, por muy distantes que sean

que vivan sus sueños;

en nosotros quedara el consuelo,

los recuerdos, sus alegrías,

Y verás, siempre nos llegaran cartas

que nos hablen de sus días,

de los lugares que han conocido,

y en cada carta te dirán que nunca te han olvidado,

deja que su estrella los alumbre,

que enciendan en sus pensamientos

sus propias ideas,

que construyan su propia vida.

 

Permite que un día esperemos su regreso,

cuando retornen cargados de experiencias

y nos abracen sus alegrías o tristezas,

que nos cuenten lo que sus ojos vieron,

y lo que sus bocas callaron.

 

Preparémonos entonces a escuchar de sus bocas

su momento a partir, que levanten sus velas

en un alboroto de valor, solos en un bramido,

y en un grito de osadía su firmeza en aquel abrazo

que nos enuncie su partida. ¡Sin abandonos!

¡Sin Amarguras! Y sí, con este lagrimeo

de padres entristecidos, pero orgullosos

del norte que nuestros hijos salen a saber.

 

Preparémonos entonces  a darles nuestras bendiciones

a verlos salir del umbral y a ver sus pasos emigrar…