Adivina, descubre quien es!
aquel, ausente de sonido,
que vapulea, da reveses;
listo, descifra contenidos
y firme acalla palabras.
Le sobran gritos y alaridos;
sobrio, loco, como las cabras
trota, en estepas y laderas;
seriamente: a su vez labra.
Él esperando agazapado lo precises;
equilibrio astuto, como maestro reprende.
Extraviado en ocasiones: tú lo pretendes;
pesa su mudez; sigiloso, hace revises.
La dura roca serena
y el mar calmo, sin levante:
lo eligen.
En la clara luna llena,
aquel vagabundo errante:
lo exige.
Como zapatero repara, hábil remienda
a los turbios y vociferantes enredos;
a tensas charlas que alzan y crispan los dedos.
Simple, llano, introvertido procura enmiendas.
Pijama uniforme
él, no distorsiona;
sin alteraciones,
tampoco presiona:
de timbre constante.
Es contrario a panderetas y a cascabeles,
apacigua agrios sentires y sequedades;
resulta consecuente, de una apariencia inerme,
destripa estridencias y aporta facultades.
Ni soso, ni aburrido:
no te equivoques!
el dispone de contenido.
No lo rechaces!
es manjar nutritivo.
Medico, enfermero:
atento!
es uno más, un obrero,
falto de mentiras, es aliento.
No dijo jamás nada,
es la verdad arada,
lo escucha todo;
y te lo cuenta a solas, solo.
shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh