Leonel Mateo

Oh, papá.

I
Volver al inicio cada día
Para no perder los minúsculos detalles,
Para no olvidar las nostalgias que me alimentan,
Para no avanzar hacia el precipicio de mis incertidumbres.


Volver, cobardía hecha músculo en mis piernas
Que sólo saben de regresos.

 

 

II
Oh, papá, los naipes se nos desvencijan.
Tal vez nosotros también estemos desvencijándonos.
Pero se siente bien no quedar completamente solo
Al cumplir mi abnegado ostracismo.


Oh, papá, tratabas de enseñarme
Un orden que iba más allá de tus ojos.
En el fondo sí escuchabas, ciego que no quiso oír.

 

 

III
Los pasos que no dimos también dejaron su rastro.
Tantos fantasmas pierden el pelo pero no las mañas.

Despedirse de un muerto no sólo es doloroso,
También es higiénico.