Campoamor

-Las malas artes- (cuestionĂ¡ndome)

 

Una suma considerable de rigor,

gran prestancia atesora el respeto:

vítores a quien se lo gana.

A la mala educación

no está nadie sujeto;

quien la quiera, es regalada.

Como no entendemos la supremacía,

la complejidad del Universo,

la incertidumbre nos domina.

Con la complicidad de la ignorancia

es de humanos que inventemos

uno asequible, pero más abyécto.

Íntimos son el temor y la altanería

caldo de cultivo donde crece el miedo:

Este se cura leyendo

y aquella, toma distancia

pues le falta el alimento.

La razón va por un camino recto

y las inquietudes por otro intrincado:

Más nos vale estar alerta

o de lo contrario,

lo apasionante de la vida

se esfumará sin apenas rozárnos.

Las malas artes ordenan

su medido plan estratégico:

La fantasía permite seguir soñando

infinita, perpétuamente, sortear obstáculos,

priorizár a lo puramente estético.

Muchos se apresuran a llenar el granero,

pero son lastimosamente pocos

los que se afanan en hacer acopio

de nutrientes para el intelecto.

 

-C.C.Lizarán-