Mallez

Chiquilla

 

Deja que seas mi paz, mi quietud,
y seas a quien llame estando a solas
cuando esté a punto de dormir.

Deja que sea inspiración en tu juventud
como el vasto mar con sus olas
tan sonoro bajo el cielo azul.

Deja que me rinda todo a ti.
Que la noche nos llene de sueño
y al amanecer nos acaricie el viento.

Deja que en tu sosiego esté contento
como cuando era aquel pequeño
que en su inocencia era tan feliz.

Déjame sonreir cuando te veo
y en tus sentidos te regale mis flores
y sean mi delicia en tus suaves manos.

Y que mientras nos visita Morfeo
y que por muchos amaneceres
despiertes sonriente queriendo nunca separarnos.

Deja que mientras impávida te hallas
de todo mal que hay en el mundo
yo te dé franco y sereno mi escudo.

¡Qué hermosa eres Chiquilla cuando callas!
¡Qué dulces palabras por las que fecundo
mi corazón quisiera ser tan sólo tuyo!