argantonio

Hablar por Hablar

A una mujer ciega no le asignan un perro,

la mujer al fiel animal no lo domina,

por ello friamente se le recrimina,

y el perro le niegan persistiendo en el yerro.

 

Habla otra ciega y muy segura le dice,

que si no aprende, en ello le va la vida,

esta testigo le abre aún más la herida,

y ella sola en la noche se maldice.

 

Ella se queja y dice que es poco 24 horas,

para compenetrarse con el perro guía,

y que no quiere depender del bastón.

 

Por eso llama a la radio a deshoras,

porque nadie la escucha durante el día,

y solo le queda pedir ayuda y compasión.